miércoles, 31 de diciembre de 2008

IV. UN SABIO TRATA DE SUPRIMIR LA FATIGA DEL TRABAJO - RACIONALIZACIÓN SOCIALISTA Y RACIONALIZACIÓN CAPITALISTA.

Transcripción : Pedro Pariona Mendoza


RUSIA EN 1931
Reflexiones al pie del Kremlin

César Vallejo Mendoza



IV. UN SABIO TRATA DE SUPRIMIR LA FATIGA DEL TRABAJO - RACIONALIZACIÓN SOCIALISTA Y RACIONALIZACIÓN CAPITALISTA.

Una de las mejores impresiones que me ha sido dado experimentar en Rusia la tuve, seguramente, en el instituto Central de trabajo de centros técnicos parecidos; pero, ateniéndome a los informes comparativos y documentos científicos procedentes del examen panorámico mundial del trabajo, que se me mostro en aquel instituto ruso, dudo que ningún otro país capitalista halla legado hasta hora al grano de adelanto de Soviet en este terreno.El secretario científico del instituto, Muravief, viste la blusa proletaria me hace recorrer el edificio, exaltando, respaldado de testimonios de expertos extranjeros, autorizados e imparciales, tales como el Yanqui Henry Ford, la envergadura y el alcance técnico y revolucionario del instituto .-Los fines de la escuela - me dice - pueden reducirse a dos: el desarrollo científico de la técnica electromecánica y la preparación de los obreros para la aplicación y el ejercicio de la técnica en el trabajo practico. Ambos afines se compenetran y son inseparables. El progreso científico de la técnica no es posible sin los datos de la experiencia que procuran la practica de los métodos en vigencia, y , viceversas , estos se estacarían de no ser constantemente renovados por los trabajos de estrictos laboratorio. El instituto prepara directamente obreros y, al propio tiempo, técnicos especialistas e ingenieros destinados a digerir los trabajos en las fabricas e instalaciones similares .-¿La dirección y el personal de profesores ?-El compañero Gastef, director del instituto, y todos los profesores, son rusos. Muchos de ellos han hecho estudios técnicos en los Estados Unidos, en Alemania, Francia , e Inglaterra. Ademas muchos de los instructores an estudiado y trabajado, como obreros técnicos, en fabricas y talleres de For y de la “General Motors”.El local del Instituto es amplio y de tres pisos.Un compacto ruido de talleres y de maquinas en movimiento repercute por todas partes. Noto en todo una sencillez esquemática y geométrica: en el decorado. En la arquitectura del local, en los gestos y movimientos de los hombres. A qui, mas que en ninguna otra parte de Rusia, se advierte e impera la rapidez, la exactitud, la organización.-Es éste el único establecimiento de su género en Rusia?-Si. Pero hay secciones y dependencias en provincias del mismo modelo y con los mismos ramos técnicos.-¿Existía ese Instituto antes de la revolución ?-No. Es absolutamente nuevo. Se fundó en 1923.-¿Sus secciones? ¿Su organización?-En primer lugar, hay a qui en laboratorio bioquímico -me dice Muravief.Una rápida conversación inicio con el sabio-¿Cual es - le digo-el esfuerzo más importante de su laboratorio en estos momentos?-La supresión de la fatiga.La respuesta es impresionante . ¡Suprimir la fatiga en los hombres!-¿Ay antecedentes de este empeño en algún país capitalista?-Que nosotros dos sepamos, no. En Los Estados Unidos, según nuestros informes, se a intentado, des pues de la guerra, algo parecido; pero por respectos fraccionarios y con ocasión de otros problemas menudos de psicotécnica. El problema de la supresión de la fatiga, en el globo y como formula, llano simplemente de orden económico, si no de orden Biológico, lo hemos enunciado por primera vez aquí, hace tres años o cuatro años. Naturalmente, su solución depende directamente de los progresos que, en materia d e metabolismo, se an conseguido en Alemania y, en cierta medida, en los Estados Unidos .-¿Tiene usted fe en su resultado mas o menos próximo y favorable?-En cuestiones de laboratorio, estamos siempre en la víspera de todas las sorpresas . La ciencia, en mi concepto se produce por sorpresas. Nada podemos aun prever. Por el Instante, tenemos un primer resultado. Sabemos lla que el trabajo de forma los leucocitos, y que esta deformación proviene, hasta nueva orden, la fatiga del obrero. En cuanto al método destinado a evitar o, mas exactamente, a corregir de manera instantánea aquella deformación, no sabemos aun nada concreto. Lo tenemos actualmente en ensayo con algunos animales.E doctor Golberg goza de un renombre mundial como biólogo y químico. Sus obras están traducidas en casi todas los idiomas. Su laboratorio, así como todas las demás secciones del instituto mantienen diaria y nutrida correspondencia técnica con los grandes laboratorios y talleres del extranjero. El doctor golberg me dice:-La ciencia es universal. Esta echa de solidaridad , mas que ninguna actividad humana. Cuidamos , por eso, de seguir de cerca y cotidianamente lo que se hace y se descubre en otros países. El capitalismo, por los demás, nos ha dado y nos esta dando a un las bases históricas, en general, del socialismo conjunto particularmente, mi laboratorio tomo y tomará a un mucho de los sabios y técnicos norte Americanos.-Pero ellos empiezan también a aprender mucho de ustedes-Ya lo creo - dice con firmeza a la doctora Lepskaia-. No solamente hoy. Rusia a tenido, a un durante el zarismo, grandes sabios y profesores,-frecuentemente se oye en boca de los grandes figuras del soviet la misma voz leal para reconocer las buenas obras efectuadas por las clases social enemigas, de dentro o fuera de Rusia.Muravief me invita luego a seguirle a los otros compartimientos y me dice, entrando con uno de estos:-Aquí tiene usted el laboratorio de metabolismo propiamente dicho, donde se llevan acabo los análisis de las sustancias que se informan en el organismo del obrero durante el trabajo. Como usted ve, el laboratorio comunica con los talleres las instalaciones electromecánicas por medio de tubos e hilos conductores que sirvan para recoger y tra er la respiración, el aliento, la presión arterial, los menores movimientos hasta el reposo y los gestos del trabajador. Es de este modo como se registran aquí todas las relaciones físicas, químicas y biológicas producidas por las diversas manipulaciones del obrero en su organismo. A si es como la ciencia forma su criterio relativo a las ventajas o desventajas que, desde el punto de vista de la economía de la energía humana, ofrecen los distintos métodos de trabajo. Con estos datos, de rigurosa exactitud científica, organiza después del sabio sus conclusiones en orden a una serie de problemas sobre la capacidad productiva medida del trabajador, sobre su salud, el límite de sus fuerzas según su edad, las condiciones higiénicas favorables o nocivas o tales o cuales de sus ocupaciones, la necesidad de otro género de trabajo o de clima, etc., Todas las Incógnitas psicofisiológicas que concurran a determinar, en gran parte, de la totalidad de los sistemas de la racionalización, solo puede resolverse en este laboratorio. Mas todavía de sus experimentos dependen considerable mente de términos en que debe resolverse el problema de los sin trabajo.-¿Todo esto se sabe y se trata también de adornar y resolver en los centros industriales capitalistas ?-En muy pequeña medida y sólo en los Estados Unidos. Ford ha empezado reciente mente a o prestar atención a todos estos estudios. Usted sabe que la racionalización fordista es la menos inhumana de los Estados Unidos. Sin embargo, su interés por proteger y conservar la salud de los obreros, y con la de ellos, la de la humanidad entera, esta sofrenado por sus intereses patronales y, lo es peor, por la esencia misma de la explotación capitalista que descansa y esta condicionada en la ruina del proletariado.Las graves explicaciones de Muravief invitan realmente, a terribles y complejas reflexiones-Su laboratorio es, sin duda, de una gran belleza.Con todo sus conclusiones han de exigir, para ser llevadas a la prática en los vastos y crecientes dominios del trabajo en el país o en el mundo entero, el concurso de infinitos factores y, en particular, mucho entero, el concurso de infinitos factores y, en particular, mucho dinero.Muaravief tiene una sonrisa cordial: respondiendome :-Todas esas dificultades desaparecen es ese país don de todo el mundo esta obligado a trabajar y donde la riqueza común, en vez de ir al bolsillo de algunos cuantos, es aplicada a las obras y progresos de utilidad colectiva. Pero sigamos. Aquí tiene usted-Continua pasando a otro compartimiento- el laboratorio fisiológico donde se registra, antes y después. Del trabajo del obrero, sus pulsaciones, su respiración y el análisis de la sangre. Este otro es el laboratorio colectivo, donde se registran, las manipulaciones de todos los obreros de un taller. Después está el laboratorio de control de los objetos diversos que se fabrican en los talleres, según el tiempo y las energías del hombre y de la máquina, empleados en su fábrica, teniendo en cuenta su composición química, su forma, su forma, su número, su peso, calidad, etc.Después vienen las bibliotecas de estudios técnicos en libros y revistas, particularmente yanquis y alemanas.Mas tarde abandonamos la sección de investigación científica y pasamos al compartimiento de los obreros e instructores lla capacitados y formados que se alla en la planta baja del local.-Aquí tiene usted - Medice muravief entrando a un amplio de taller de mecánica - la aplicación práctica de la técnica.Los obreros están en pleno trabajo. Este es un taller modelo. El orden, la regularidad, la limpieza , la precisión, la velocidad, la alegría se reflejan en los obreros tanto como en las máquinas.-Se han consultado a qui - me dice Muravief - todos los factores necesarios al éxito previsto por la teoría: la cantidad de luz, según el género de cada trabajo; el color del campo visual que abarca durante su labor obrero; la forma de la máquina y de los útiles que el maneja, así como el terreno donde se mueve; la ora donde trabaja: el reposo y el movimiento circular o angular ascendente y descendente, del cuerpo y de cada extremidad del obrero, según su labor, etc. Como usted puede ver, ay barios obreros que ejecutan un mismo género de trabajo, a fin de obtener por comparación determinadas conclusiones o leyes psisotécnicas.Un momento permanecemos en silencio, observando los múltiples trabajos del taller. Entonces empiezo a percibir auditivamente el elemento rítmica de la labores, en conjunto y aislados, como si se tratase de los sones de una extraña orquesta de batería. Me acuerdo instantáneamente del Paso de acero, de Prokofiev; de las sonatas de Himdenith y de Krasnancak, de Glier. Es la misma música. La música del trabajo, regular, Plástica, tubulada, a gajos, de una cadencia elíptica y de una monotonía bárbara y grandiosa. Aveces, el ritmo hace un grand- écart entre dos corrientes de alta frecuencia, Otras veces se oyen algunas campanas en espacios caprichosos, asimétricos o chafándose entre sí, como un jazz-band. Luego se produce un arrebato de motores, martillos y pilones, que dura algunos minutos. Es entonces el alegretto de un oratorio hebreo de Milhaud.- La campana que suena- me dice Muravief- da y sostiene la medida y duración de ciertos trances del trabajo. Una especie de aparato de relojería, movido por electricidad, determina el tiempo y el nímero de las campanas. Pero esto no constituye todo el elemento musical del trabajo. Avancemos.Al cabo de varios compartimientos empezamos a percibir en el fondo del local los sones de una orquesta. Es éste otro taller. Un espléndido cuarteto ejecuta, vertebrado por el ritmo metálico y epiléptico de la máquinas, un trozo del tártaro Igouvnof.Aquí ya hallamos desenvolvimiento melódico. La sinfonía es hora completa.-Se diría -observo a Muravief- que esto es un conservatorio y no un taller electromecánico.-Acaso. No obstante, si sigue usted con atención meramente auditiva el conjunto sonoro, quizá su impresión sea contraria.Durante unos minutos así lo hago. No. Esto no es en realidad un conservatorio. Ese ritmo de repetición y sincopado denuncia el torno, el émbolo, la fuga de poleas, el silbido de las trasmisiones, el pulso de las máquinas.-El elemento deportivo del trabajo se pantentiza por separado en las salas de gimnasia. Pero le será, sin duda, mucho má interesante el progreso del aprendizaje del trabajo. Vamos subiendo de nuevo.Al llegar a un vasto taller del tercer piso, Muravief me dice:-Acabamos de ver a los obreros capacitados ya , trabajamos. Ahora voy a tratar de hacerle ver aquí las diferentes etapas de trabajo de un aprendiz, según la industria a que se destina. En primer lugar, nuestro alumnos no deben pasar de cuarenta años de edad. En segundo, debe cada uno poseer las cualidades psicofisialógicas que requiere al oficio al que va dedicarse. Por último, con un programa especial para cada trabajo, se le inicia en el aprendizaje. El principal propósito de nuestra enseñanza consiste en hacer lo más automático posible el trabajo, el cual debe ser ejecutado con el mínimum de raciocinio.-Es decir, ¿ustedes tratan de convertir al hombre en un autómata, como en los Estados Unidos y demás países capitalistas?-Sí. La técnica socialista del trabajo persigue eso que usted dice, y ya le diré por qué. Pero no es cierto que sea idéntico el caso de la técnica capitalista. Me explico. El taylorismo, perfeccionado, por el forfdismo - sistema ambos los más avanzados del capitalismo- se basan en el régimen de la competencia. El fabricante vive con la constancia preocupación de vencer a sus concurrentes, vendiendo más barato, con mejor material, etc. Para obtener estos resultados ,no pierden tiempo en intensificar la productividad de su fábrica. Dos métodos, entre otros, le sirven para el caso: perfeccionar ad infinito sus maquinarias para producir más rápido y para reducir el número de sus obreros, y forzar a éstos a adaptarse continuamente a unos aparatos y a una técnica que cambian y se perfeccionan todos los días. El obrero, de esta manera, vive en un aprendizaje permanente. Su raciocinio no deja de intervenir en sus labores manuales. Lejos de hacer de él la técnica capitalista un autómata, como se cree vulgarmente, exacerba su vigila cerebral, sus facultades de atención y conocimiento y su sensibilidad. Su pensamiento está obligado a trabajar más aún que sus manos. A la larga, viene la fatiga psíquica, el surménage nervioso. El trabajo se le convierte en un suplico. No hay organismo proletario que resista mucho tiempo en este régimen, y el destino del obrero tiene que acabar en el hospital o en un retiro obligado, como inepto y decrépito para los nuevos y cambiantes sistemas de trabajo. Los daños de semejantes procedimientos son incalculables y de una gravedad que espanta. Explicarlos aquí sería salirnos de nuestros tema ( ).-¿Y la técnica socialista? ¿Según ustedes, el obrero debe mantener durante su trabajo la máxima independencia de su pensamiento y de su pensamiento y de su sensibilidad?- Sí. El trabajador ha de ejecutar su labor del modo más automático posible. Sus actos deben realizarse por sí solos y no beben costarle ningún esfuerzo de raciocinio. La técnica socialista deja intacta e intocada la vida espiritual del trabajador, Mientras laboran sus manos, pueden dedicar sus facultades intelectuales a lo que quiera: a soñar, a contemplar, a recordar, a afrontar, en fin, los grandes e íntimos problemas de su vida personal. Por la demás -termina diciéndome Muravief-, la técnica capitalista conserva aún, en este punto, algo del trabajo manufacturarero y hasta del artesanal, en los cuales el trabajador pone todas sus facultades físicas e intelectuales en su labor cotidiana. La diferencia está en que los poderes intelectuales en el artesano se ejerce libremente y siempre creando algo nuevo que depende casi por entero de él, mientras que el proletario capitalista los ejerce sometiéndolos a las fórmulas y procedimientos impuestos por las máquinas y no pone, en consecuencia, ninguna iniciativa creadora de su parte, El placer de investigar del artesano desaparece en el obrero capitalista.-¿Qué otra distinción existe?-En el cronometraje. A medida que el trabajo es más automático, se ejecuta con mayor rapidez. A economía de tiempo es más considerable cuanto menos interviene el raciocinio en el trabajo. Esta es ya una verdad primaria.-¿y la racionalización? ¿Cómo la contempla el Soviet?-La racionalización como usted lo sabe, es un fenómeno determinado por la naturaleza misma de la mecánica de producción. La máquina lleva en sí los gérmenes de su progreso y transformación incesante. El devenir de la historia no exceptúa nada. Existe la dialéctica en las máquinas, como en los seres individuales o colectivos. Un aparato nace, evoluciona y pide ser transformado por otro, y éste por otro, y así sucesivamente. Uno de los fines de esta constante metamorfosis mecánica reside en aumentar la productividad de una maquinaria dada con el menor número de obreros.-Es lo que ocurre en los países capitalistas.-Exactamente. Y hasta aquí, la racionalización-aumento de productividad de la maquinaria con el menor número de obreros- se ajusta en régimen capitalista a leyes intrínsecas y justas de la dialéctica mecánica. En régimen socialista sucede lo propio. La racionalización en el trabajo soviético se desenvuelve, hasta este punto, paralelamente a lo que se hace en el trabajo norteamericano. Mas a partir de aquí se produce una discrepancia rotunda y fundamental. La transformación de la maquinaria, en la técnica capitalista es , como acabo de decir, desenfrenada. El apetito patronal de producir más y mejor en monos tiempo y gastado menos, para vencer así a sus concurrentes en el mercado mundial, lleva al fabricante a una desatentada en materia de racionalización. Sus ingenieros y profesores no cesan de investigar nuevos aparatos. Una dramática competencia de racionalización se produce entre los fabricantes. El sistema es el siguiente: El aparato transformando o perfeccionando requiere, pongamos por caso, el 75 por 100 únicamente de la energía humana empleada en el manejo del aparto anterior, es decir, que si éste necesitaba antes de dos obreros, después no necesita más que uno y tres cuartos de obreros. El fabricante, en vez de suprimir de los dos obreros en trabajo un cuarto de obreros, suprime, de hechos, un obrero y deja a cargo del nuevo aparato, tan sólo un trabajador. Los resultados son, entre otros, los siguientes: Primeros: Se ha doblado el esfuerzo del único trabajador que queda al servicio de la nueva máquina, pagándole el mismo salario que ganaba antes, Segundo: Este trabajador, al hace ahora por dos o, más exactamente, por uno y tres cuartos de obreros, llega pronto a aniquilarse.Tercero: Este aniquilamiento si se trata de un aparto de seguridad, le impide a la larga de vigilarlo debidamente, y una catástrofe o accidente es inevitable. La mayoría de las catástrofes mineras, de transportes, etc., tiene aquí su causa. Cuarto: El obrero así racionalizado agota al poco tiempo todas sus energías y joven aún, se ve incapacitado para trabajar, enfermera y muere en la miseria. Quinto: El obrero eliminado del trabajo por el perfeccionamiento de la máquina va a engrosar el ejército de desocupados y, como todos éstos, sucumbe en la miseria.Sexto: como el patrón no sólo quiere que la nueva máquina fabrique mil automóviles, por ejemplo. al mes con cien obreros, en vez de fabricarlos con doscientos, sino que quiere que ella fabrique mil docientos automóviles al mes, la producción aumente entonces con tal velocidad, que llega a agotar la capacidad adquisitiva del mercado. Al poco tiempo, las fabricas inundan el mercado con sus productos y los stocks quedan sin compradores. La superproducción de detiene sólo entonces. A partir de ese momento, la maniobra se encauza a parar la marca del mercado, desatada por él y sus contrincantes. Con frecuencia, como ocurre ahora, los reyes de la industria llegan tarde a esta tares, cuando el stockage ha empezado ya a aplastarlos bajo su peso. Así empiezan las grandes crisis económicas mundiales. El ejército de desocupados y la superproducción son actualmente los dos males de fondo de la crisis. Pero los fabricantes siguen ganando...-¿Y en la racionalización socialista?-En la racionalización socialista no ocurre nada de esto. Se trata aquí de un proceso de transformación mecánica racional, sin apuro y con una cesura impuesta, no ya por la gana o el apetito de nadie particular, sino por las necesidades reales y armoniosas de la colectividad. En régimen socialista, nadie quiere vencer a nadie competencias del mercado. Si la economía de obreros de una máquina es en realidad como 25 por 100, a nadie le interesa reducir estos obreros en un número mayor. Por el contrario, el interés colectivo impone proteger y aumentar, de un lado, las energías de los obreros que quedan al servicio de la máquina , y de otro lado, disminuir el número de los sin trabaja. De aquí que la vida y la salud del proletariado soviético no sufre en nada con la racionalización, y que los desocupados han desaparecido totalmente en Rusia, donde, por el contrario, han empezado a faltar obreros. Por último, la racionalización socialista obedece a un plan sintético y coordinado de producción de todas las ramas industriales. El interés colectivo contempla todas necesidades sociales y no una sola. Cuando un productor ha llegado ya a satisfacer más o menos las necesidades colectivas, la racionalización de su fabricación prosigue au relenti, pasando las energías e iniciativas a la racionalización en otra rama industrial cuyos productos hay que aumentar. No hay lugar entonces a stockage ni a ninguna otra crisis de superproducción. Toda la producción se ajusta, en cantidad y calidad, a las necesidades sociales del momento. En otros términos: el consumo está en perfecto equilibrio con la producción.Otros tantos aspectos correlativos de la técnica del trabajo en el Soviet los veo y los registro al día siguiente en el Museo de Protección del trabajo.



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