miércoles, 31 de diciembre de 2008

RUSIA EN 1931: NOTA (2)

Transcripción : Pedro Pariona M.


RUSIA EN 1931
Reflexiones al pie del Kremlin

César Vallejo Mendoza

NOTA DEL AUTOR A LA EDICIÓN ESPAÑOLA
Que yo sepa, la mayoría de los reportajes escritos sobre Rusia puede clasificarse en cuatro categorías: el reportaje que, titulándose de estudio del mundo soviético, se limita, en realidad, a hablar únicamente de la Rusia prerrevolucionaria y antigua (casi todo el libro de Stefan Zweig); el simple reportaje fotográfico y sin comentario y, por último, el reportaje interpretativo y crítico.Los reportajes de la primera categoría no valen la pana de ocuparse aquí de ellos, pues carecen de significación dentro de la bibliografía soviética. Hablemos un poco de las tres categorías.El estudio técnico no concierne sino a los iniciados: políticos, economistas. Hombres de ciencia, artistas. Es uniforme profesional o académico para un círculo estrecho de profesionales. Su alcance termina donde empieza el criterio medio del gran público. Tales son. verbigracia, el informe de las Trade-Unions británicas, o el más reciente de la delegación industrial yanqui, o el libro de política de Herriot, o el de Moussinac sobre cinema, o el de Crowther sobre la ciencia soviética.El reportaje meramente informativo y noticioso, tratándose de un fenómeno tan proético y fluyente como es la revolución rusa, apenas deja en el no iniciado impresiones superficiales, diversas y, a la larga, falsas, sin encadenamiento nu contenido orgánicos. La simple exposición de un hecho aislado define, a lo sumo, la existencia de ésta una existencia de fachada aparente. Sólo su interpretación descubre el basamento social del hecho, su relación con los demás anteriores, simultáneos y posteriores; en fin: su movimiento dialéctico, su trascendencia vital, su perspectiva historia. Un ejemplo de estos reportajes exclusivamente fotográficos es el libro de Hürbrlen.Los reportajes de la cuarta categoría son ya críticos; pero de una crítica sentimental y subjetiva (los Libros de Istrati, de Durtain, de Violis, de Dhamel). La base racional y objetiva del espíritu crítico rige con igual rigor en las ciencias sociales como en las ciencias naturales, Tan Necio sería negar, por un motivo sentimental, que el sol alumbra, como negar, por ejemplo, que el trabajo es el único productor de la riqueza. De otro lado, tampoco se logra explicar certeramente un hecho si el juicio no se desenvuelve en un terreno científico, o siquiera sea de cierta iniciación científica, accesible y necesaria al criterio medio del lector. No basta haber estado en Rusia: menester es poseer un mínimum de cultura sociológica para entender, coordinar y explicar lo que se ha visto.No hace falta añadir qui que los demás libros de “impresiones” de viaje a Rusia no son más que para literatura.* * *EL presente libro se dirige, de preferencia, al gran público. Mi propósito es de dar en él una imagen de proceso soviético, interpretando objetiva y racionalmente y desde ciertos planos técnicos. Trato de exponer los hechos tal como los he visto y comprobado durante mis permanencias en Rusia, y trato también de descubrirles, en lo posible, su perspectiva histórica, iniciando a los lectores en el conocimiento más o menos científico de aquellos, conocimiento científico sin el cual nadie se explica nada claramente. Mi esfuerzo es, a la vez, de ensayo y de vulgarización.Los juicios de este libro parten del principio según el cual los acontecimientos no son buenos ni malos por si mismos mi en sí mismo, sino que tienen al alcance y la significación que les da su trabazón dentro del devenir social. Quiero decir con esto que yo avaloro la situación actual de Rusia, más por la velocidad, el ritmo y el sentido del fenómeno revolucionario- que constituye el dato viviente y esencial de toda historia-que por el índice de los resultados ya obtenidos, que es el dato anecdótico y muerto de la historia. La vida de un individuo o de un país exige, para ser comprendida, puntos de vista dialéctico. Criterios en movimiento. La transcendencia de un hecho reside menos en lo que él representa en un momento dado, que en lo que él representa como potencial de otros hechos por venir. De aquí que en este libro insistió a menudo en acotar y hacer resaltar y hacer resaltar los valores determinantes de futura realidad, mediatas o inmediatas, pero ciertas e incontrastable.* * *Los datos estadísticos relativos a 1931 están tomados de la “Cifras de control” correspondiente a la coyuntura del segundo y tercer año del Plan Quinquenal.


NOTA DE LA EDICIÓN PERUANA (LIMA, 1959)

César Vallejo estuvo en la Unión Soviética en dos oportunidades: en los años de1928 y 1929. Fecundo fruto de su permanencia en la patria de Lenin fue su obra RUSIA EN 1931, REFLEXIONES AL PIE DEL KREMLIN. que la Editora “Perú Nuevo” se honra en reproducir, veintiocho año después de la edición original. En ésta, se deslizaron una serie de erratas, que hemos enmendado en la medida de nuestras posibilidades. No obstante como dejamos anotados, en los sitios correspondientes de este libro, en la edición madrileña- poe error de composición tipográfica se perdieron de líneas, que hemos evitado reconstruir por ello sería una suerte de infidelidad con el texto original, que por desgracia ,ya no existe. Sin embargo, colígese que el concepto de entrambas líneas no es fundamental, y que ni siquiera entorpece el meollo de la narración.En la primera edición, en la “Nota de Editor”, se fija aparición de LOS HERALDOS NEGROS y TRILCE en el ño 1919. Aclaramos que el primer libro vio la luz en 1918 y el segundo - en su edición príncipe- en 1922, ambos en Lima.Asimismo. Dejamos constancia de que hemos respetado escritura del autor, en lo concernientes a diversos vocablos o nombres rusos, pues no existe reglas normativas al respectos, aunque hoy predomina en la URSS la tendencia a hacer un traslado más fonético y simple de sus voces a las leyendas extranjeras. Tal, por ejemplo, antaño, Vallejo escribía kolskos y koijós (Granjas colectivas y granjas del estado, respectivamente). De igual manera mientras, ahora, en Occidente el apellido del primer Ministro soviético se escribe Khrushchev, en cambio, en los impresos en castellano, que se editan en la URSS, aparece como el señor Jruschov.Lo anterior, pese a todo, tiene un carácter adjetivo.Donde si deseamos hacer hincapié es en el fondo, en la materia misma de esta obra. Resulta a todas luces claros que, en el proceso dialéctico de la construcción de la sociedad socialista, ha habido cambios o transformaciones sustanciales, a la par que la vida misma ha creado nuevas formas y realidades sociales, a partir de la fecha en que nuestro gran Vallejo estuvo en la URRS. Verbigracia, ya no es Moscú la ciudad enclaustrada, que el autor vindica en su visión del porvenir; hoy la proeza ingenieril del canal Volga. Don la une permanentemente, y en gran escala, con mares y océanos, convirtiendo a la urbe moscovita ( de más de seis millones de habitantes) en uno de los primeros puertos fluviales del mundo. El irrestrico amor libre y su secuela, de que nos habla el autor, pasaron a la historia de “la sexta parte socialista del mundo” como un ensayo intrascendencia; ahora, la unión de los cónyuges, dentro de la ley soviética y acorde con una nueva moral, constituye la célula de la sociedad socialistaLos nepman y los Kulaps han desaparecido para siempre.La educación ha superado, infinitamente, los moldes, la técnica y los programas de entonces. Con sus realizaciones, en la tierra y en el cielo, la ciencia soviética ha causado la admiración del mundo, y esto han reconocido- en pública congratulación, que los enaltece- el Presidente de los Estados Unidos y el primer Ministro británico. Finalmente, el atraso momentáneo, la mentalidad supérstite, la rigurosa austeridad de aquellos tiempos, sólo diez años distantes de la Revolución de Octubre (tiempo en que aún pesaba la herencia zarista, las consecuencia de la guerra civil, de las invasiones extranjeras y el rígido bloqueo a que estuvo sometida la Unión Soviética ); todo esto, y mucho más que vio Vallejo, ha ido para no volver, Es más, en estos días se ha anunciado que, dentro de una década, la URSS sobrepasará a los estados Unidos, el más avanzado país capitalista, en los principales rubros de su producción global y per cápita, e, igualmente, que el ciudadano soviético tendrá el más alto nivel de vida del mundo y el más bajo periodo de tiempo de trabajo que se haya conocido en el planeta, desde que existe el hombre como productor.Se infiere, muy claramente, que César Vallejo previó todo esto. Es más, precisó, en su “Nota” de presentación a la primera adición , lo siguiente: “en este libro insisto a menudo en acotar y hacer resaltar los valores determinantes de futura realidades, mediatas o inmediatas, pero ciertas e incontrastables”. Y más adelante, el autor de POEMAS HUMANOS nos asegura que “EL Soviet conduce al porvenir”.Al lado de panoramas superados, y de estadísticas que ya no vienen al caso- pasados treinta años de su permanencia en la URSS-, el profundo Vallejo nos ha dejado el testimonio invalorable- en contrapunto ejemplar, en claroscuro alucinate- del mundo feudal-burgués que agonizaba, frente al alba del nuevo mundo proletario. En este sentido, RUSIA EN 1931 en un ensayo precursor de muy difícil parangón en la bibliografía especializada de nuestra América y España.Otro de los merecimientos de la obra, que presentamos por primera vez en nuestro continente, radica en la categoría espiritual del amaneciente país soviético, categoría que con tanto vigor trasuntan las páginas de estos dos volúmenes. Los diálogos del autor con el pueblo ruso poseen la virtud magnética de la brújula, que en este caso señala un norte sin precedentes en la historia. Por consiguiente, es éste un libro en el que no hay que reparar ya en las cifras circunstanciales o en la anécdota fugas, sino en el espíritu inmortal que lo informa, por el obrero y por la obra, como solía decir Vallejo, Es éste un libro soslayado, silenciado y negado entre nosotros- y hay que decirlo rudamente-, porque no se ha querido que nuestro pueblo conociese este velado hemisferio redentor de su más alto poeta. Es éste, finalmente, un libro que nos abre, de par en par, las puertas de la nueva humanidad. Y, todo ello, por boca de uno de los más grandes creadores del verso castellano de todos los tiempos: césar vallejo, que cada día amanece más alto en la esperanza del pueblo.

Editora Perú nuevo